Badajoz, se lo merece.

Un día nos llegó, a tiempo completo, Paco, hartos ya de estar hartos y cansados de esperar, un día aceptó el reto más complejo de su vida: ser nuestro candidato a la Alcaldía de Badajoz.

Cuando uno lee sus inquietudes, sus anhelos y deseos en Bitácora de Paco Muñoz, a uno se le rejuvenece el cuerpo, se retrotrae a otros momentos de esta Badajoz - lo que nos duele verla como está - cuando decir, hacer y estar con y al lado de los ciudadanos era parte de nuestra vida cotidiana. Sembrar semillas de igualdad, de superación de asimetrías, de igualar a todos y todas en derechos y obligaciones, cuando mirábamos hacia la antigua "raia" y veíamos que el aire que nos llegaba estaba cargado de esperanza, de entendimiento, de sana retroalimentación, de que "juntos podíamos".

Vimos cambiar esta ciudad, coser los jirones de sus murallas destrozadas por la codicia, acabar con muros de intolerancia y de injusticia, mejorar la calidad de vida de nuestros paisanos, restañar agravios, abrir de par en par las puertas de la ciudad y sus instituciones a cualquiera que se sintiera parte de una Badajoz que deseaba renacer de sus cenizas. Lo conseguimos, vaya que si lo conseguimos, pero un día nuestros errores nos hicieron perder la confianza ciudadana, nos fragmentamos, nos perdimos en discusiones bizantinas y nos echaron del Ayuntamiento en 1995.

Llegaron los nuevos arquitectos de la ciudad, los nuevos aires, otra forma de hacer política, y sobre todo de instalar en la vida de la ciudad la "tierra quemada", acabar con lo realizado, cerrar ventanas, establecer líneas de segmentación, se instaló el agravio, la arbitrariedad, los malos modos, la bronca altanera y en especial la prepotencia.

La ciudad languideció, se perdieron formas y hábitos, se cambió la situación de los ciudadanos que pasaron a ser súbditos, y todo pasó a depender de la discrecionalidad y la arrogancia, el trazo grueso, el pesado canto de los exégetas de lo correcto y los vocingleros corifeos apesebrados de una Corte de los Milagros.

Van 12 añitos del ala, y nos amenzan otros 4 más con el mismo grotesco Director de Orquesta, pero como no hay mal que 12 años dure, un día nos llegó, a tiempo completo, Paco, con ilusión, con ganas y creyendo que Badajoz bien se merecía un Alcalde Socialista, ahora si, ahora desbordamos ilusión, esperanza, compromiso y ganas de dar el salto cualitativo y cuantitativo.

Lo intentamos con otros dignos y valiosos compañeros, pero corrían malos tiempos para la lírica. Hoy ya no solo sabemos la sinfonía que tenemos que interpretar, sino que tenemos al mejor Director, una Orquesta selecta y de postín, unos instrumentos bien afinados, solo nos falta el aplauso del público, ese lo tendremos el día 27 de mayo.

El día 27 el allegro de la Primavera de Vivaldi lo interpretaremos todos y todas las personas de esta Badajoz de nuestros dolores, y con ella llegará la explosión de la libertad, la esperanza y la confianza de los ciudadanos.

Adelante Maestro, usted dirige.