viernes, 9 de febrero de 2007

Crear riqueza en Extremadura:SI


Crear riqueza en Extremadura: SI


Ante la polémica suscitada en el seno de la sociedad extremeña sobre la posibilidad de crear una Refinería en Tierra de Barros, me gustaría hacer algunas reflexiones, con el ánimo de clarificar el estado de la cuestión.
Parto de la base de que la afirmación de que la única manera de erradicar el subdesarrollo y el atávico atraso es creando riqueza, y ese principio me parece irrebatible. ¿Cómo oponerse a que una Comunidad Autónoma genere riqueza, si eso implica el surgimiento de nuevas empresas y nuevos empresarios, y también nuevas fuentes de trabajo y nuevos asalariados que con sus ingresos estimularían los circuitos de producción y consumo de mercancías, forjando así un mercado interno vigoroso que desembocaría en un crecimiento económico general?. Habría que estar loco para oponerse a semejante cosa.

Parece que el obstáculo para que la afirmación mencionada se haga realidad, surge cuando las oligarquías se oponen pensando que sólo su grupo reducido de elites propietarias de medios de producción son los escogidos por el destino para crear la riqueza que potencie el desarrollo. Han tenido casi más de dos siglos para lograrlo y no lo han hecho porque las medidas que adopta para asegurarse el monopolio de esta tarea, consisten en impedir que nuevos empresarios y nuevas empresas, fuera de férula oligárquica, surjan produciendo la nueva riqueza, con lo que (sin competencia a la vista) se toma todo el tiempo del mundo para impulsar o no iniciativas modernizadoras, provocando así el atraso que nos agobia.
Un sector moderno de esa oligarquía, imbuido de la ideología neoliberal, también repite que la pobreza sólo puede erradicarse creando riqueza. Los empresarios que lo conforman tienen un horizonte un poquito más amplio que el de sus padres y abuelos oligarcas, pero, deslumbrados como están por las modas teóricas neoconservadoras, creen que la creación de riqueza sólo puede lograrse privatizando el Estado como regulador de ciertas actividades económicas y servicios sociales, y trasladando el control de la economía y la política a una iniciativa privada oligárquica y paraoligárquica.

La propuesta que se debate es el fruto de una realidad emergente, y nueva en nuestra Comunidad Autónoma, que consiste en crear riqueza produciendo más empresarios y más empresas, ampliando hacia las capas medias esta función y no restringiéndola al círculo oligárquico; también en reconocer en la Junta de Extremadura a una estructura reguladora de la política y la economía cuya función primordial es marcar las políticas generales y ser cooperadora necesaria de todo aquello que suponga creación de riqueza y desarrollo bajo la aplicación de su pacto con la ciudadanía, refrendado a través de la libre expresión de la misma en los procesos electorales, y que se concreta en un programa de medidas de amplio calado, eso sí , con un color, sabor y olor determinado que impregna la ideología del mismo. Enfrente, en una extraña mezcla de cóctel explosivo: conservacionistas, paisajistas, nuevos oligarcas, los izquierdistas de salón y una pléyade de viejos grupos de poder que si están dispuestos a ampliar el nuevo cupo de empresarios, pero sólo dentro de la esfera de los parientes sanguíneos y políticos de la oligarquía de toda la vida, y en reducir el papel de la Junta de Extremadura a una mera oficina gerencial que haga cumplir “ la majestad de la ley” de sus negocios y las reglas claras (libres de controles públicos) que los rigen y que imponen ellos mismos.
Estamos ente una oportunidad única, oportunidad que puede permitir la creación de nuevos empresarios y nueva riqueza, por ello es más necesario que nunca que los que siempre miran con anteojeras el futuro de esta región, permitieran que brotara de forma espontánea la convergencia política en torno a algo que es de interés regional, y todos juntos dedicarnos a la noble tarea de crear riqueza por esa vía y Extremadura – que ahora cuenta con empresarios y los recursos para lograrlo – podría finalmente despegar dejando atrás viejas frustraciones y mucha amargura acumulada. El único obstáculo está a la vista. Es viejo por oligárquico, y nuevo por neoliberal, azucarado con un grupo de corifeos de toda clase y condición.
Es obvia y urgente la necesidad de tener claro cuál es el proyecto económico extremeño en el que la ciudadanía entera y sus organizaciones representativas propongan soluciones a sus problemas para que esas propuestas sean la base de un análisis exhaustivo de nuestras carencias y posibilidades, el cuál genere la formulación de una visión compartida del modelo de nuestra Comunidad Autónoma y del sistema productivo que queremos. Esta propuesta necesita el apoyo y el interés de todos y cada uno de los sectores sociales, sólo así será atractiva para todos, en especial para esas nuevas generaciones de jóvenes extremeños que anhelan prosperar en Extremadura y no fuera de ella.

Hoy tenemos los recursos y la gente para impulsar un proyecto multiclasista de generación de riqueza que expanda las capas medias y eleve la calidad de vida de los trabajadores estimulando la inversión en la capacitación laboral de todos los sectores sociales. Urge por ello reencauzar el debate social hacia la convergencia en esta tarea de generación de riqueza mediante la libertad emprendedora de todos los ciudadanos y no sólo de las elites que siempre han detentado el capital pero que nunca lo han arriesgado por esta tierra.
No me cabe la menor duda que esta iniciativa en Tierra de Barros es sólo la punta del iceberg de otras muchas que están larvadas y gestándose en nuestra sociedad, apostar por ella significa que las otras aflorarán y permitirán a Extremadura crecer económicamente. Es la hora de pasar de lo formal a lo concreto y de la teoría a la práctica y dar una oportunidad a un proyecto, que una vez pase todos los controles y cautelas legales, generará en cascada muchos otros y del cuál nadie en su sano juicio querrá quedarse fuera.
Esa es la apuesta y yo me quedo con la idea clara de que Extremadura debe apostar por la riqueza y el desarrollo, nuestro futuro depende de ello.