viernes, 21 de mayo de 2010

Economía para listos.


Nadie es inocente, nada pasa por casualidad, siempre todo tiene una explicación y esta siempre ha sido, es y pretendan que siga siendo la misma: lo mío es mío y lo tuyo de los dos. Vivimos tiempos descorazonadores para ilusos e idealistas como este viejo dinosaurio que aún cree en utopías, quimeras, sueños e ilusiones.
Pero corren buenos tiempos, como decía el Noi del Poble Séc, para equilibristas, prestidigitadores, capitalistas y funambulistas. Tiempos fabulosos para sacar tajada de desastres consentidos y catástrofes provocadas. Tiempos para aprendices de brujo, quiromantes, ingenieros fiscales, estraperlistas, traficantes de ideas y proxenetas de convicciones. Nos imponen códigos, ortodoxias, recetas y nos vigilan si hacemos bien o mal los deberes porque si lo hacemos mal nos darán con la palmeta en los nudillos por ser malos alumnos, por querer que las cosas sean de otra manera.
Resulta vomitivo ver como una caterva de descrebrados nos ordenan la vida, nos enseñan el camino recto del orden y la virtud, nos excluyen si pensamos de manera diferente y lo que más me duele es que aquellos con los que compartiste ideales, sueños y luchas por la libertad, muchos de aquellos son hoy tiburones depredadores, aves de rapiña capaces de esquilmar lo que no está escrito.
Entre Aliertas y Botines, entre Polancos y Florentinos, te hacen la vida más agradable, te la venden en cómodos plazos y juegan a bolsa, especulan con los ahorros de los trabajadores, denigran la política entendida como servicio público, como opción de servir al ciudadano, para servirse de todos ellos y engordar sus cuentas corrientes, viajar a paradisíacas islas "vírgenes" a hacer turismo financiero y decidir entre palmeras a quién le van a sacar tajada cuando retornen con el ánimo redoblado.
Son tiempos fabulosos para plañideras, para visionarios, para empresarios sin escrúpulos, para vigilantes de la ortodoxia y los que queremos rebelarnos, los que nos rebelamos sabemos que este mundo es para los listos, que como siempre, siempre, siguen corriendo buenos tiempos para la "bandada" de los que se amoldan a todos con tal de que no les falte de nada.
Como no me pienso extinguir como mis antepasados he decidido aprender en una academia on line el idioma de los "tuaregs" porque la travesía del desierto, ya hice varias, en esta no me van a servir los lenguajes de signos ni la quincalla, en esta la supervivencia y la travesía será muy larga.
Mientras me apresto a ver caer el andamio otros hacen lo que han hecho toda la vida los mismos de siempre: trincar, pero uno fue, es y será un iluso y me siento feliz de serlo.