viernes, 16 de julio de 2010

Neoliberalismo por pelotas



Me he sometido a un largo tiempo de reflexión, a releer, a repensar, a imaginar, a estudiar. Había perdido las ganas de escribir porque todo me parecía patético, pero he recuperado resuello después de mucho cavilar, pensar y plantearme que era necesario tener la cabeza fría y ser más objetivo y dar un margen de confianza a aquellos que elegí como mis representantes y dirigentes.
Tan solo la actitud de mi Presidente y Secretario General del PSOE de Extremadura me hace reconciliarme con mis ideales, de otros prefiero mejor no opinar en público y ser un militante disciplinado y ahorrarme mis opiniones y expresarlas en los foros adecuados.
Los Neoliberales cabalgan de nuevo y como dice Ignacio Ramonet: "Inclina la cerviz, altivo sicambro; adora lo que quemaste y quema lo que adoraste", ordenó el obispo Remigio al bárbaro Clodoveo cuando tuvo éste que convertirse al cristianismo para ser rey de Francia. Y eso mismo parecen haberle exigido al socialdemócrata José Luis Rodríguez Zapatero, los jefes de Gobierno del Eurogrupo, en Bruselas, el 7 de mayo pasado, cuando se sumaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a los mercados financieros para obligarle a renegar de toda veleidad social, y a convertirse en el acto al credo neoliberal".

Los mercados quieren su revancha. Y reclaman, con más vigor que nunca, en nombre de la "indispensable austeridad", el desmantelamiento de la protección social y la drástica reducción de los servicios públicos. Los Gobiernos más neoliberales aprovechan para exigir mayor "integración europea" en cuyo nombre tratan de forzar la adopción de dos instrumentos que no existen: un gobierno económico de la Unión y una política fiscal común. Con el apoyo del FMI, Alemania ha impuesto planes de ajuste a todos los miembros de la UE (Grecia, Portugal, España, Italia, Francia, Reino Unido, Rumanía, Hungría, etc.) cuyos Gobiernos, de pronto obcecados por la reducción del gasto público, han acatado sin rechistar. Aunque ello amenace a Europa con caer en una profunda Depresión. En la misma línea, Bruselas desea sancionar a los países que no respeten el Pacto de estabilidad. Frau Merkel pretende ir más lejos y añadir una sanción altamente política: la suspensión del derecho de voto en el Consejo europeo.
Con un claro objetivo: ningún Gobierno debe salirse del carril neoliberal. En el fondo, ese es el saldo político de la actual crisis de la deuda soberana: no parece quedar espacio, en el seno de la UE, para ninguna opción de progreso.
¿Admitirán los ciudadanos semejante regresión? ¿Puede aceptarse que quede descartada cualquier solución democrática de izquierdas de impulsar al avance social?
Yo apuesto por ella y a ello voy a dedicar este tiempo que viene porque lo que he visto, veo y vislumbro no me gusta. No me gustan los dos personajes de la foto y menos aún su soberbia y su altanería.
Ya basta. Gracias y feliz verano a todos en especial a aquellos que ven como yo que hay que parar este dislate y ponerle coto a estos descerebrados que nos dirigen la vida, el pensamiento y nos marcan como corderitos el redil en el que tenemos que entrar.
¡No pasarán!