A finales del siglo XX una nueva ola de emigrantes provenientes de todos los rincones del planeta llega a suplir el déficit de mano de obra. Ellos son los nuevos campesinos, son los nuevos peones y gañanes, los nuevos temporeros que producirán grandes beneficios a los empresarios. Los inmigrantes son los impulsores del tan mentado "milagro español", del renacer económico del campo que en algunas regiones gracias a las exportaciones deja millonarias regalías. Los siervos aumentan la producción a un bajo coste aunque la tierra se quede estéril al quemarla con tantos agroquímicos y pesticidas. Lo principal es que trabajen a destajo y recojan la cosecha en tiempo record, que produzcan, que hagan horas extras, como indocumentados, mejor, pues eleva la plusvalía y se le resta un porcentaje de ganancias a la seguridad social. Se precisan más camareros que atiendan los restaurantes, más sirvientas en los hoteles, más prostitutas sudamericanas o de los países del este en los clubes de carretera, más subsaharianos para el Maresme y más moritos en el Ejido o en el campo de Murcia, más ecuatorianos en las fresas de Huelva y, los que sobren, para las obras publicas o la industria de la construcción porque así lo exige la ley de la oferta y la demanda. Y sin olvidarnos del primer mandamiento: santificar el trabajo. De la casa a la fábrica o al campo, es igual y luego a descansar unas horas frente al televisor para mañana temprano frescos rendir al máximo. Este es el futuro que nos espera: una generación de seres fríos y calculadores, con un pensamiento pragmático que los glorifique.
lunes, 16 de abril de 2007
Urbanizar y joder el campo.
A finales del siglo XX una nueva ola de emigrantes provenientes de todos los rincones del planeta llega a suplir el déficit de mano de obra. Ellos son los nuevos campesinos, son los nuevos peones y gañanes, los nuevos temporeros que producirán grandes beneficios a los empresarios. Los inmigrantes son los impulsores del tan mentado "milagro español", del renacer económico del campo que en algunas regiones gracias a las exportaciones deja millonarias regalías. Los siervos aumentan la producción a un bajo coste aunque la tierra se quede estéril al quemarla con tantos agroquímicos y pesticidas. Lo principal es que trabajen a destajo y recojan la cosecha en tiempo record, que produzcan, que hagan horas extras, como indocumentados, mejor, pues eleva la plusvalía y se le resta un porcentaje de ganancias a la seguridad social. Se precisan más camareros que atiendan los restaurantes, más sirvientas en los hoteles, más prostitutas sudamericanas o de los países del este en los clubes de carretera, más subsaharianos para el Maresme y más moritos en el Ejido o en el campo de Murcia, más ecuatorianos en las fresas de Huelva y, los que sobren, para las obras publicas o la industria de la construcción porque así lo exige la ley de la oferta y la demanda. Y sin olvidarnos del primer mandamiento: santificar el trabajo. De la casa a la fábrica o al campo, es igual y luego a descansar unas horas frente al televisor para mañana temprano frescos rendir al máximo. Este es el futuro que nos espera: una generación de seres fríos y calculadores, con un pensamiento pragmático que los glorifique.
Vara. Presidente
Cada vez más cerca.
Día a día, cada vez quedan menos, se va acercando la hora de que la ciudadanía exprese en las urnas su voluntad, libre y democrática, para que Extremadura avance, siga forjando su futuro, aproveche todas y cada una de las energías y sinergias para construir una sociedad más justa.
Los plazos del inexorable, del que pasó, de aquel que no se detiene, deshoja los números del calendario, pasan mañanas, tardes y noches, Guillermo continúa aprendiendo, oyendo, escuchando, sintiendo lo que los ciudadanos pretenden, piensan y desean. Nadie más próximo que él, nadie más receptivo que él, anota al finalizar la jornada - en su cuaderno de bitácora - las mil y unas sensaciones que percibió. Lo que le susurró al oído una mujer enferma, un joven con ilusiones, un autónomo al que le cuesta ver que se negocio funcione, una ama de casa cansada de cuidar niños, un modesto agricultor que ve que el fruto de su trabajo vale 200 veces más de lo que a él le pagan, en suma, esa proximidad, esa mezcla de paisaje y paisanaje que hace que los ciudadanos cada día se sientan más seguros de que el 27 de mayo, como cantaba Victor Jara, no se trata de cambiar a un Presidente, será el pueblo quién siga construyendo una EXTREMADURA DIFERENTE.
Muchó se andó, mucho se cambió, mucho mudó, todo se hizo desde la nada en esta tierra, ahora se abren NUEVOS TIEMPOS, se recoge la cosecha sembrada hace más de 24 años, con la explosión de la primavera llega ese tiempo de confianza, ese despertar de los sentidos, esa eclosión de la vegetación, nace como las floridas ramas de nuestros cerezos en flor: el tiempo de Guillermo.
Esa mezcla de rosas rojas, unidas a nuestro siempre presente: yunque, libro y pluma, nos llevarán a que en el último domingo de mayo se produzca la eclosión de la primavera.
Ahora más que nunca es necesario implicarse, sumar esfuerzos, aunar voluntades y arrimar el hombro.
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