jueves, 31 de mayo de 2007

Pongamos que hablo de Madrid


Dicen los del FORO que Madrid es mucho Madrid, que allí, en el centro de la Península Ibérica, todo gira alrededor de su magnificencia, que todo deslumbra, vamos que desde aquel Felipe II traicionó a su villa natal, Valladolid, e instaló la capital de las Españas en la Villa y Corte todo lo que allí se cuece debe ser la guía y el pulso para el resto de este país plural.
Los que sabemos de los males del centralismo y la rigidez, aquí en Extremadura la sufrimos durante siglos, no olvidamos que miles y miles de ciudadanos fueron atraidos a la urbe en épocas pasadas, expulsados de sus tierras de origen porque allí había alguna oportunidad, oportunidad que los amos de sus tierras natales les negaban, uno ha visto crecer alrededor de la metrópolis las ciudadades dormitorio, algunas para gente elegente y fina y otras para obreretes y currantes, pero ahora todo es pasado, nadie recuerda las penurias y todo es tener lo mejor de lo mejor, nada criticable pues es humano vivir con dignidad y creer que uno ya ha cambiado de clase social porque estas ya no existen. Todos son clase media y los curros más penosos los realizan ahora las inmigrantes de nuevo cuño, venidos de allende de los mares o de los antiguos países de la órbita soviética, esa es la nueva cultura y las antiguas ciudades del "cinturón rojo" son ahora la sombra de lo que fueron.
Menos mal que el sur existe, aún existe y resiste, pero que tendrá ese Corredor del Henares que contagia a las ciudades y las han hecho reino de la gaviota desde la Villa y Corte hasta Guadalajara. Algo ocurre y esa tarea se soluciona estando cerca de las personas y no diciendo sandeces como algunos hoy dicen. Que triste es ver que nadie quiere ser padre de las derrotas y si de las victorias.
Flaca memoria tienen algunos, especialmente los que se quejan de tanta zanja y tanto metropolitano, pero al final los Tamayazos traen estos lodos, y lo recogido el domingo en Madrid es la historia reiterada de muchos errores, todos debemos ser solidarios y analizar, sinceramente, los hechos y preguntarnos: ¿Hablamos de Madrid?.