sábado, 2 de abril de 2011

El compromiso con mi PARTIDO


Siempre tuve claro que mi militancia política era una opción de vida, de ser y estar, de conjugar praxis y práctica existencial. Nunca exigí a los demás compañeros y compañeras que hicieran lo mismo, tan sólo que me respetaran como yo los respeto a ellos.

Hoy después de muchas retretas, fanfarrias y banderines de enganche, la trompetería mediática de este país puede darse por satisfecha: objetivo conseguido.

Respeto, es mi Secretario General y el Presidente del Gobierno de España y al que voté, su decisión de no presentarse a las próximas Elecciones Generales como candidato del PSOE. Lealtad y compromiso son parte de mi militancia. Respeto al que democráticamente fue elegido Secretario General y refrendado en sucesivos congresos, pero eso no empece que uno disienta del momento y la forma.

El grado de lealtad a mis siglas y al legado de mi Partido me hacen reservar para el debate interno los motivos y mi opinión, esa es mi forma de entender el ser socialista, nunca expresaré fuera de mi casa común lo que sólo a los que estamos comprometidos compete.

Son tiempos revueltos, confusos, poco comprensibles, pero las largas travesías han sido una constante en mis más de 36 años de militancia en el socialismo democrático español y no me asusta realizar las que sean necesarias.

Nadie es imprescindible y menos aquel que libremente decide tomar una decisión que respeto, admito pero que no comparto. Ahora toca administrar los tiempos, demostrar que somos socialistas y que por encima de los hombres y las mujeres de mi Partido siempre estuvieron, están y estarán las ideas que en una forja cincelamos durante muchos años los hijos e hijas de Pablo Iglesias Posse. A él, a la memoria de los miles y miles de socialistas que durante muchos años dieron lo mejor de si mismo, en muchos casos la vida, les debemos ser fuertes y saber estar a la altura que estos tiempos exigen.

Bien mereció y merece la pena haber renunciado a muchas cosas por intentar ser simplemente: un buen socialista.

Todo lo que soy lo aprendí en la escuela de la vida y la mayor parte de ella, desde los 18 años, estuvo ligada a unas siglas. PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL. Orgulloso de serlo hasta el último aliento hoy creo, modestamente, que alguién se equivocó de momento y de lugar, pero el camino continúa y las alimañas están dispuestas a devorarnos y nunca, nunca, nunca, lo permitiremos, porque a aquellos a quién nos debemos nos exigen en estos momentos: compromiso, lucha y trabajo, mucho trabajo para enderezar esta nave que zozobra.