sábado, 9 de febrero de 2008

¿Motivos para creer?


Esa es sin duda la cuestión que me preocupa como socialista militante, como miembro de un partido político, como elector y como ciudadano. ¿Creer que todo lo hacemos bien? ¿Creer que tenemos en exclusiva la razón? ¿Creer que nos lo merecemos?. No, no y mil veces no. Nunca me gustaron los dogmas, las verdades irrefutables, el seguidismo, el arribismo, el trepar, el quítate que me toca, los que poseían muchos masters, los que nos deslumbraban con trienios o sexenios de izquierdismo acendrado, los renovadores que renovaban todo menos a ellos mismos, los izquierdistas de salón, los que están encantados de haberse conocido, los que saben estar en el día, hora y lugar indicado, los que quitan la caspa de la chaqueta al que reparte parte de la tarta.
Fui, soy y seré un militante socialista convicto y confeso, perseverante en la herejía, lacado de rancio jacobinismo, utópico por autonomasia, nada dogmático y poco dado a experimentar con modas ajenas, no creo en las adhesiones inquebrantables, pero si soy leal a quién democráticamente dirige mi partido, a quién hemos elegido para que sea nuestra cabeza visible, nunca me dejé nada en el tintero y mi voz a veces discrepante seguirá sonando, pero aprendí que todos cabemos en un proyecto común, en seguir la senda de los que me precedieron y ser honesto conmigo mismo. Por todo ello tengo mil motivos para creer en unas siglas: PSOE; en un Programa para progresar y hacer más justa esta sociedad injusta; en un líder: José Luis Rodríguez Zapatero, mi Presidente del Gobierno, mi Secretario General y mi compañero; en los miles de hombres y mujeres que confían en los SOCIALISTAS siempre, aunque a veces los defraudemos o los desorientemos; en los compañeros y compañeras de manos callosas que perdieron lo mejor de su vida sirviendo a amos y patrones; en los pequeños detalles que le hacen a uno sentirse orgulloso de que te llamen compañero del alma, compañero.
¿Hay motivos para creer? Si, tantas razones y motivos que sería prolijo enumerar, por eso el día 9 de marzo debemos seguir construyendo, aunando voluntades, convenciendo, ayudando y agradeciendo que la la llama de la esperanza siga encendida, para ello tan sólo necesitamos ser creíbles y vaya que si lo somos cuando nos lo proponemos.
Hay motivos, muchos..............

La araña negra... pásalo


La Rosa y el Clavel es un blog de Antonio C. Alvarez, un valenciano en Zaragoza, que en un correo me comenta que:" Lo excepcional de la situación reactiva de nuevo a la Rosa y el Clavel, siempre un poco Ojos del Guadiana por la situación profesional de su autor, y esta vez comentando sobre la decisión de la Conferencia Episcopal Española de convertirse en un operador político". Merece la pena difundirlo.
viernes 1 de febrero de 2008

LA ARAÑA NEGRA

Hoy, el obispero del PP ha hecho algo no por esperado menos espectacular: por primera vez en la historia de la democracia, se ha permitido dirigir abiertamente el voto de sus creyentes y de la ciudadanía en general. La nota de la Conferencia Episcopal papista es tan artera y maliciosa como todos los actos de un clero que ha escrito las páginas más negras de la Historia de España: carentes de la dignidad, estatura y valentía suficientes como para llamar a las cosas por su nombre, recurren al viejo truco de aquél alcalde que convocó una oposición municipal puntuando al candidato por su color del cabello, su estatura y el lugar donde cursó sus estudios.
Así, el obispero ha llamado a votar contra quienes negocien con ETA (no, Aznar no está incluido) o pacten con los nacionalistas ajenos a la cuerda beata; contra quienes hayan aprobado el matrimonio homosexual, la ley de la memoria histórica, el respeto a todas las clases de familia y la educación ética para la ciudadanía; contra el derecho al aborto y a la eutanasia; y en general, contra cualquiera que no siga ciegamente sus delirios medievales. Y por supuesto, a favor de quien les baile la tridentina agua. Que es, obviamente, el PP y quizás algún sector de CiU o el PNV.
Bien, quiero decir una cosa. La Iglesia Católica está en su pleno derecho de hacerlo. Esto es una democracia.
Al hacerlo, la Iglesia deja definitivamente de ser un operador religioso para convertirse en un agente político.
Desactiva así definitivamente el argumento tramposo de "si no sois creyentes, ¿por qué os importa tanto la Iglesia?". Bueno, pues es obvio: porque la Iglesia hace política, y la política nos afecta a todos. Después del día de hoy, la Iglesia Católica de España debe aceptar democráticamente las adhesiones y reacciones naturales que caracterizan a los agentes políticos. Ya no le vale escudarse en que cualquier crítica a sus acciones constituye anticlericalismo o persecución religiosa. En política se está a las duras y a las maduras.
Hoy, la Iglesia se ha manifestado como un asunto de todos, porque de todos es la democracia, el estado y la política. Al igual que sus dirigentes y militantes. En democracia, tenemos derecho a saber quién, qué y cómo está detrás de cada uno de los mecanismos del poder, y en qué condiciones, por si acaso constituyeran privilegios.
Hoy, la araña negra de que habló Blasco Ibáñez ha enseñado de nuevo los quelíceros con que viene envenenando a la sociedad española desde tiempo inmemorial. Pero ahora ya no estamos en los tiempos de Fernando VII, ni de la débil Primera República, ni en las tiranías que crearon y que todo les permitieron, ni de la acosada Segunda República. Ahora estamos en una democracia moderna, y tenemos derecho a exigir que, junto a los quelíceros, muestre también sus extremidades siniestras: las ocho patas arácnidas que se hunden en la educación, en la judicatura, en los negocios, en los medios de comunicación, en los partidos, en las confederaciones empresariales, en las asociaciones y en el estado. Como agente político que es, y por tanto, asunto de todos.
Hoy, la araña negra debe aceptar que surjan movimientos democráticos destinados a arrancar finalmente sus patas de los mecanismos de la sociedad española y a embotar esos quelíceros ponzoñosos.
Hoy, la Iglesia Católica de España me ha dado cuatro alegrías. Una a corto, otra a medio, otra a largo y otra al fondo. Atrapados en su mundo fantasioso de dioses psicóticos, milagros absurdos, vírgenes paridoras y santos que queman gente, no se han dado cuenta de cosas que hasta el más estúpido de los sociólogos sabe.
El tiempo lo mostrará.

PASALO.............