viernes, 27 de marzo de 2009

Al Sur del Rio Grande




Decían los pieles rojas que el Gran Padre Blanco hablaba con lengua de serpiente, ahora ha mudado el color y es café con leche, pero seguirá empleando el mismo idioma. El pobre Tio Tom ,dicen los eruditos, que ya tiene quién le defienda pero lleva muerto muchos años como millones de indios, indígenas, blancos y de todas las razas. El Tio Sam Obama mira atónito como desde el Rio Grande hasta la Patagonia han desaparecido los generalitos, los dictadores asesinos, sus h. de p., los Pinochet, Batistas, Somozas,Trujillos,Stroessner,Banzer. Se han quedado huerfanitos en Colombia su amigo Uribe y el Señor de Ciudad Juárez porque algo se mueve en América y su cortijo se ha llenado de Correas, Evos, Lugos, Bachelet, Lulas, Tabarés,Torrijos... que piensan que ya llegó la hora de ajustar cuentas con la CIA, la DEA, y los múltiples tentáculos que las multinacionales yankees y de otras galaxias para decidir sobre su destino y construir su futuro.
El capitalismo globalizado se ha caído, por mucho que intenten apuntalarlo los exégetas de la ortodoxia, Krugman y los "Chicago Boyss, el FMI, el Banco Mundial y la OMC, Barroso y la Comisión Europea, el G-20 o el G-7 y ha llegado el tiempo del cobre: "patronos no más mandá" y asistiremos a una nueva forma de construir el mundo.
Es el tiempo de hacer que la razón pueda a la fuerza, que la dignidad acabe con la explotación, que los especuladores se dediquen a vender enciclopedias puerta a puerta y que los brookers de Wall Street se apunten a la cola del paro.
Mientras tanto en esta Europa vemos como los conversos del Este se desmoronan porque perdieron todo y constataron que la vie no es color de rosa y nada de lo que les dijeron era verdad. Los países desarrollados ven como sus estructuras sociales se resquebrajan y aparecen miedos y temores que parecían olvidados. Es el justo premio a haber renunciado a cambiar las reglas del juego que como en Las Vegas, allá en el desierto de Nevada, todo es posible en una sinfonía de casinos y garitos de juego con cartas marcadas.
Llegan malos tiempos para los imprescindibles, los ilustrados, pero como siempre suele ocurrir el que tuvo retuvo y el que nunca tuvo o creyó tener se enfrenta a una cruda realidad: nada será ya igual y estamos ante una oportunidad única para asentar las bases de un nuevo orden mundial donde las reglas del juego sean el fruto del consenso de todos.
Ardua tarea pero ahora o nunca.