Vidas ejemplares.
Sin ánimo de ofender ni de herir sensibilidades, es bueno recordar algunas vidas ejemplares, se trata simplemente de refrescar la memoria de tanto descreído.
Sin ánimo de ofender ni de herir sensibilidades, es bueno recordar algunas vidas ejemplares, se trata simplemente de refrescar la memoria de tanto descreído.
Santo Tomá Delfrasco Carrasco.
Nació en Barbastro en 1167 en el seno de una humilde familia dedicada a las conservas de carne de simio viudo. A muy tierna edad, e intentando hacer una mousse con uno de los simios, introdujo ambas manos en dos botes al vacío. Al hacerle ventosa no había cojones de sacárselas de allí, por lo que el padre optó por reventar los botes con un mazo mientras gritaba “¡¡Que le doy al frasco carrasco!!” Desde entonces una variante de esa expresión pasó a ser su nombre, dedicando el resto de sus días a proporcionar aire fresco a su familia moviendo frenéticamente sus manos aplastadas, casi planas, durante los calurosos estíos que soportaban, a modo y manera de abanico humano. Durante el invierno le atan a las manos unas brasas, lo que permite calentar la vivienda sin gastar un duro. Para sacarse un sobresueldo, en las fiestas del pueblo, los mozos le pintan las manos con la cara del alcalde y lo sacan en los desfiles para ahorrarse los banderines.
San PeterBurgos
También conocido como Pedro el de Burgos, nació en la citada ciudad en 1287. Después de dedicarse con fervor a la elaboración de morcilla de arroz, abrió un local tipo Fast-Food en la ciudad soviética del mismo nombre, donde vendía bocadillos del citado manjar. La aventura le duró dos telediarios, como los del Gabilondo en La Cuatro. Lo de Fast era un decir, porqué mientras que mataban al cerdo y tal, al cliente se le hacía un poco tarde. En vista del fracaso, retornó a su ciudad natal y montó una heladería donde su especialidad era el Polo de Chorizo. Teniendo en cuenta que en Burgos no es que haga mucho calor precisamente y debido a la textura y a la no caducidad del citado producto, el negoció fracasó, ya que los clientes podían estar chupando el mismo helado durante varios meses. Es más, algunos clientes llegaron a denunciarle alegando que de tantos meses chupando lo mismo les habían salido unas morreras de espanto.
Santa Símetro
Patrona del gremio de taxistas desde 1129, fecha en la que se produjo el conocido episodio mariano del advenimiento del “Burrotasi”, que pasamos a relatar…Un buen día la Santa se dirigía a casa de su abuelita para darle dos collejas por no haberle comprao para los Reyes la Nancy Soldevila, la Nancy asesina, la muñeca sin código ni moral (Dicha muñeca venía con un pequeño microondas donde metía la cabeza de sus amiguitos). Como la casa de la agüela le quedaba bastante lejos, se agenció un burro del corral de su tío, el mudo. Este, sin mediar palabra, le dijo por señas que aquello tenía un precio, que el burro se le desgastaba de tanto paseo (-el mudo era muy bueno con los gestos-). A la santa no se le ocurrió otra cosa que ponerle al jumento cuatro cojinetes en las pezuñas, un contador de metros clavao con una alcayata entre las orejas, y una pila de petaca en las pelotas. De esta forma, y a peseta el metro, al regreso de su visita, pudo recompensar a su tío por el desgaste del burro. Desde aquel entonces al chisme que usan los taxistas para cobrarnos los trayectos se le llama TASÍMETRO.
Santo Comocho
Nació en el barrio de Lavapiés en 1134, en el seno de una familia de conocidos trileros de la zona. A muy tierna edad ya no tenía una idea buena. Un día montó un chiringo en el Camino de Santiago con un cartel que decía “SE CAMBIAN PEINES DE MACARRA Y LACA DE GARRAFÓN POR BOTAS DE PEREGRINO” Desde entonces en Santiago entienden porqué muchos peregrinos llegan descalzos y con “tol pelo patrás”. En la actualidad sus descendientes se dedican a dejar sin un duro a los guiris que nos visitan, rifando tranvías y con otras maldades varias.
Perdonen caballeros y damas la licencia, no es para ofender al clero, ni creyentes, es tan solo para hacer este blog un poco más llevadero.
Obrigado pela vossa atençao.
1 comentario:
El cultísimo Federico Jiménez Losantos
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