domingo, 1 de abril de 2007

Compañero del alma, compañero Juan Carlos





Compañero Presidente.
Dicen que te vas, pero aún no te has ido. Dicen que te prepararon un "retiro dorado", poco te conocen los que tal cosa afirman, dicen, dicen y dicen, ese es el oficio de augures, quiromantes, videntes y trileros de postín, siempre la misma cantinela: dicen que dices, que dijistes y que dirás, que ahora sí, que ahora pueden, que ya no estás porque te has ido.
Nadie se va, se pasa a un plano diferente, te conozco bien y nunca te irás, no serías tú, la vida tomó derroteros inesperados aquel 15 de junio de 1977 ,en aquella sede de la Calle del Obispo de Badajoz, donde los 4 gatos que formábamos el PSOE veíamos en aquella TVE, en blanco y negro, los resultados. Mucho tiempo ha pasado y ni siquiera aquel caserón ya existe, solo quedan los gestos, las miradas, los abrazos cómplices de que algo había cambiado en Extremadura y en España.
Soy poco amigo de lisonjas, nada adulador, poco dado al halago fácil, nunca lo he hecho y nunca lo haré, no sería yo, han sido más de treinta de años de compartir cosas, unas veces cerca y otras lejos, unas veces en complicidad y otras cada cuál en su sitio, ha habido proximidad y lejanía, pero siempre existió respeto mutuo y eso nos hizo a cada uno vivir nuestro compromiso político de diferentes maneras.
Nunca perseguí la gloria, nunca ambicioné nada, pero siempre me reconfortó saber que alguien iba a cambiar esta tierra, que iba a ser el fogonero de una locomotora que había decidido salir de la estación para no volver, que había decidido que en sus vagones todos cabían, que todos éramos parte de un proyecto ilusionante, y a él se subieron muchos, la mayoría buena gente, pero también subieron limosneros, pretendientes, becarios, medio pensionistas y trepadores de cuerda y cucaña.
Un día decidistes, siempre te lo agradeceré, quedarte aquí y ser el maestro y diseñador de un nuevo barco, un barco que flotase, que navegase y que para hacerlo se necesitaban muchas cosas: capitanes, contramaestres, sobrecargos, maestros madereros, aserradores, pintores, delineantes y mucha marinería. Terminada la obra un día lo botamos, sin alharacas ni saraos inncesarios, y comenzó a navegar y esa travesía lleva 24 años y continúa y continuará, seguimos surcando los mares los que en él seguimos de tripulantes, nunca lo dejaremos que zozobre, se hunda o naufrague, y eso es así porque nos dejas unas buenas cartas de navegar, un cuaderno de bitácora profuso y detallado, una brújula que siempre indica la dirección adecuada y una ruta trazada.
Muchos, siempre existe esa clase de personas, pensaron en que se produciría el motín a bordo, que se sublevaría la tripulación, cuando dejases el puesto de mando, e igualmente muchos querían ponerse tu charretera de Almirante en Jefe, nada más humano y comprensible, pero la madurez, la cordura y la veteranía impusieron la lógica de la racionalidad frente a experiencias de dudoso éxito y elegimos al más capaz, al que mejor podía seguir patroneando la nave, ahora el será el que otee el horizonte, el que marque los giros a babor o estribor, pero siempre tú estarás en el camarote principal para enderezar el rumbo si giramos demasiado brusco o hacemos una maniobra poco adecuada.
Te vas ligero de equipaje, como buen hijo de la mar, pero con las alforjas llenas de experiencia, sabiduría, madurez y orgullo porque este barco sigue su rumbo, habrá días en que turbemos tu descanso para que nos recuerdes cuál era el nombre de tal o cuál puerto, pero la nave va viento en popa a toda vela.
Compañero, la convivencia es complicada, la vida la complicamos nosotros por acción u omisión, y en nuestras relaciones siempre primó, lo reitero una vez más, el respeto y ese es el bagaje que a mi y a ti nos enriqueció como personas nos hizo ser mejores, ambos aprendimos, juntos, que nuestro compromiso era algo más que una etiqueta, y cada uno ocupó el lugar que le correspondía.
Compañero Presidente no olvides que te necesitamos, y como los luchadores del Frente de Gandesa, si queremos escribirte sabemos tu paradero: ¡ la primera línea de fuego!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Molina, pesebrista, h. de p. como se nota que eres un gran ibarrista lameculos.

Te conozco y me las pagarás, lo mejor que podías hacer es irte a tomar por culo como tu jefe.

Anónimo dijo...

Tengo la ligera sensación de que quien te dedica esta perlita es uno de los protagonistas de los Santos Inocentes.Tampoco hace falta mucha imaginación para saber cual de ellos.
Por lo demás tan solo desear que la comunidad a la que tu amas y yo quiero siga metiendo piñones en el desarrollo y continue su progreso sin perder su bienestar y la sonrisa de sus gentes.
Un saludo!
P.D: De ejecutivo nada, pero nada de nada.