jueves, 8 de marzo de 2007

El último discurso en la Asamblea

Juan Carlos Rodríguez Ibarra, mi compañero.

Hoy había "over booking" en el hemiciclo y no era para menos, el Presidente de la Junta de Extremadura se subía a la tribuna parlamentaria para dar respuesta a una solicitud de comparecencia del Partido Popular sobre, como no podría ser de otra manera, sobre su posición sobre la atenuación del régimen penitenciario otorgado por el Gobierno al terrorista etarra: Juan Ignacio De Juana Chaos.

Sentado en mi puesto de trabajo, es mi obligación, veía y escuchaba a través de internet su intervención.la seguía sin morbo, sabía o intuía - para no pecar de pedante - lo que iba a decir, como lo iba a expresar y como iba a desgranar con su verbo fácil y contundente el argumentario - machacón y redactado en la Calle Génova - que el Diputado Floriano Corrales le había espetado.

Uno es mayorcito, 50 añazos, de los cuáles más de 30 los he compartido junto con él, unas veces muy cerca y otras menos, pero siempre en una actitud cómplice con alguien que forma parte de mi apuesta de vida.

Por mi mente, sabía que era su último acto de dignidad hacia todos los socialistas, desfilaban imágenes de hace más de 30 años, imágenes nítidas de cómo Román y yo abríamos sendas y veredas por la provincia de Badajoz y en un utilitario de "verdad", un SEAT 124 blanco, fuimos descubriendo juntos, las semillas socialistas que existían en nuestra provincia y esperábamos a los "estrellos" a que llegaran al acto del PSOE en aquellas Elecciones Generales de 1977.

Roturamos caminos, veredas, y con un rudimentario equipo de megafonía recorríamos calles y callejuelas de los pueblos de la provincia, las puertas se entreabrian, algunos visillos se descorrían, y otros nos decían que llevaban 40 años esperando nuestra vuelta, allí un joven profesor con gafas nos agradecía lo bien que habíamos puesto los cuatro trapos rojos que llevábamos, y al final la gente se acercaba a nosotros para darnos las gracias, solicitar datos, información y comenzar a montar la estructura del partido.

Fue un tiempo bonito, lleno de vivencias, que nos hizo a todos ser diferentes, a aprender a ser buenos socialistas, a oír, escuchar y sentir lo que la gente nos podía y quería decir, pero si existía miedo, silencios clamorosos, pero la semilla germinaba rápidamente.

Lo demás es parte de mi vida y de la de mi "Compañero Presidente", pertenece a nuestra intimidad, pero hoy más que nunca me siento orgulloso de haberlo conocido, de haber compartido con él buenos y malos momentos, pero su figura hoy se agiganta con la última lección de honestidad que ha dado a todos los extremeños.

Soy poco amigo de lisonjas, de adulaciones, pero hoy he comprendido que mereció la pena renunciar a muchas cosas por mi ideología y porque la voz de mi compañero resonó - por última vez - en la sede de la voluntad del pueblo extremeño, nítida, limpia y clara.

Se abren nuevos tiempos, pero hoy me he sentido feliz, feliz en la total extensión de la palabra y del sentimiento.

Hasta siempre compañero PRESIDENTE.

1 comentario:

Anónimo dijo...

CUANTO PELOTILLERO ¡ LA HOSTIA!