Alfonso Guerra no defrauda nunca, mantiene su agudeza intelectual y su fina ironía, nos ayuda a reconciliarnos con nosotros mismos, a aceptarle tal y como es, a insuflar bocanadas de aire fresco en estos tiempos de tanto marketing, diseño e imagen. Sin pretender ser clavero de las esencias socialistas, ayer en la CADENA SER, comparó a los obispos españoles con los ayatolás iraníes después de recordar que en la República Islámica de Irán, el Consejo de Vigilancia de la Fe ha decidido tachar a miles de candidatos de unas elecciones, por lo que consideró que "de otra manera" es también lo que quieren hacer los prelados españoles diciendo a quien hay que votar.
Con fina ironía, retuve en mi cerebro esa frase, expresó que las buenas monjitas de clausura solo abandonan su sacro retiro para ir todas juntitas a votar en cualquier proceso electoral. No es necesario preguntar a quién votan es evidente. La Santa Alianza ha decidido recuperar todas las armas y bagajes, unidos en amor y compaña, los veremos desfilar con galas domingueras por los colegios electorales el día 9 de marzo, la familia unida vota unida, reza unida y ama a España unida. Tierno momento verlos a la salida de misa de 12 encaminarse a recuperar lo que es suyo y que una panda de ganapanes, palurdos, incultos y arribistas paniaguados les arrebataron con malas artes, engañando, robando, mintiendo y ahora prometen que volvamos a las más rancias esencias: a ser como Dios manda, y para eso Ratzinger, ha habilitado nuevas dependencias en el infierno para los malos, el día 9 volverá a brillar la Luz de Trento, la Espada de Roma y el Martillo de Herejes.
Andan muy ufanos, pero tengo muy claro que la sabiduría de los españoles les hará comprobar que no todo vale, y por fin intentarán ser más civilizados y menos casposos de lo que siempre han sido, a este país le iría mejor si como los viejos amerindios fumamos, aunque solo sea por una vez, la pipa de la paz.
