miércoles, 26 de septiembre de 2007

Ganando Barlovento





Para recordar viejas gestas patrióticas, siempre épicas y gloriosas, nada mejor que la música militar que a muchos les pone, el cuerpo se entiende, de jota aragonesa y que mejor muestra que esa que le encanta a la marinería llamada Ganando Barlovento. Uno que es nacido en tierra y gusta poco de aventuras militares y de cancioncillas patrióticas anda un poco mosqueado con tanta improvisación, dedos acusadores como el de Maragall, Savonarolas con nómina de la Conferencia Episcopal que largan lo que no está escrito, jueces que demonizan y joden a los que tienen opciones sexuales diferentes a las típicas o tópicas, de Aznares y Botellas, de Marianillos, de seni y de señas identiatarias, del juego del parchís y de la oca, de esto me toca y a ti que te den, de derechos históricos, de mossos de esquadra y de ertzainas, de etarras y batasunos, de monarquía o república, de la lírica galaico portuguesa y del soneto al itálico modo, de Indíbil y de Mandonio, de Istolacio, Indortés y Orisón, de Isabel y Fernando, de celtas y de íberos, de Rosa y de Díez, de Buesa y Savater, en fin, creo que hay que reflexionar muy seriamente sobre esta piel de toro, repensar como queremos que sean las cosas, dialogar en plano de igualdad y dejarnos de inventos pedestres, de conejillos de chistera y tomar la cosa en serio.
No me gusta como está el patio, ni Monipodio pudo pensar que iba a ponerse así, hay mucho snob, mucho aprendiz de brujo, mucho personal con trienios y carné de toda la vida, mucho bocazas y especialmente mucha mala baba.
Dicen que el papel lo aguanta todo, parece mentira que Luiz Inazio "Lula " da Silva vaya a privatizar parte de la Amazonía para preservarla dice el baranda, pero al paso que vamos esto anda fodido seriamente. 1.000 millones de personas viven diariamente con menos de 1 euro y 10 millones de niños no llegan a los 5 años, mientras tanto lo importante es si te ves con George Walker Bush, si se casa el hijo de Tita Cervera o si Espe baja o sube los impuestos.
Va siendo hora de dejarnos de experimentos, de asumir cada uno nuestro papel, de dejar de confundir lealtad con fidelidad, de llamar a las cosas por su nombre, de alejar complejos, de decir alto y claro que está en juego algo muy serio, que este país se puede ir al carajo y este mundo puede dar un crujido del que no se escape ningún dinosaurio del Parque Jurásico, que aún siguen en la poltrona desde el mesolítico superior, y replegar velas - sin musiquitas patrióticas - y llevar a las atarazanas la nave para calafatearla, repintarla, arreglarle el velamen y la quilla, reclutar nueva marinería y oficialidad, repasar las cartas de marear y poner de nuevo la nave a flote.
Aún estamos a tiempo de parar esta sonrojante realidad que día a día le hace a uno avergonzarse de la mierda en que hemos convertido, todos, este mundo.