domingo, 15 de marzo de 2009

Ellos siempre lavan más blanco




Ellos vivirán y dormirán siempre tranquilos con sus cuentas corrientes de seguridad. Nos venderán la vida y la muerte en cómodos plazos de felicidad. Ellos nunca están en crisis porque ellos mismos son la crisis: sus padres, sus madres, sus hijos y todos sus ancestros las crean y luego son inocentes de todo, se perfuman y salen de rositas de cualquier manejo, tejemaneje, chollo, enjuague, trinque, cohecho, soborno o comisión.
Nacieron para mandar, lo heredan desde la más tierna infancia, aprenden el código secreto y se los trasmiten (sin pagar ningún tributo o impuesto) entre ellos porque son los elegidos, los tocados por la mano divina. Son gente de orden y como Dios manda. Eso de mandar lo hacen muy bien y nuestra historia está llena de que cuando mandan, mandan de verdad y no dejan huella de su paso por la vida porque siempre han lavado más blanco, siempre usaron la fórmula secreta del detergente OMO: yo me lo guiso y yo me lo como.
Los proletas ya podemos vestirnos como el hombre blanco de COLON, comparar y si encontramos otro mejor comprarlo, pero el OMO SECRET es patrimonio de los de toda la vida y cuando algún listillo que se deja pringar por estos barandas de gomina seca y trajes de buenos sastres, lo esconde debajo del colchón van y lo trincan sin remedio.
Lo dicho lavar con OMO es que tu coche quede reluciente y si encima tiene nombre de felino americano, mejor que mejor, ya lo dicen los indígenas del "MATO" GROSSO DO NORTE E DOS SUL: cá os jaguares mudam só de uma lavagem.
Bendita gente que quiere nuestro bien, que practica la caridad cristiana, que reparte sus beneficios con amor y gozo, que nunca peca y si alguna vez meten la "patita", practican el acto de contricción y vuelven al redil como buenos hijos de la grey. Todo se les perdona porque ellos si que saben de blancura y que lo mejor es que lo que ellos hacen es como el agua: no tiene color, ni olor, ni sabor. Son unos santos varones y unas recatadas y castas hembras. El resto somos morralla y ellos nunca nos dirán dada nuestra humana condición de coitadinhos mortáis cuál es el secreto del OMO.