jueves, 9 de enero de 2014

AUN ESTAMOS A TIEMPO

     Nada nunca nos fue regalado, todo es el fruto de siglos de lucha para buscar la emancipación del ser humano, hoy y es duro, muy duro, la Humanidad no tiene futuro, han matado la esperanza, la alegría, la lucha, todo en aras del dinero fácil, la explotación, la aniquilación y el sometimiento. 
Hemos vuelto a la época de la esclavitud, de la dominacion de los poderosos y nadie, nadie se sorprende sino que muy al contrario se contenta con comer las migajas de los nuevos "AMOS", de gozar de su favor, de poderle limparle los zapatos, de destruir culturas, provocar desastres irreversibles, etc.

Uno que ya es maduro, con ideas muy claras, con experiencia acumulada, con criterios propios aprendidos en largos años de tortuosos y difíciles caminos, de caídas, de incomprensiones, de envidias, de viejos rencores, añora cuando un día no tan lejano comencé a creer en la "UTOPIA", en la posible, aquí y ahora, no me siento extranjero en ningún lugar, he afianzado mis raíces con mi otra cultura, con mi otra sangre y soy un ciudadano ibérico, orgulloso de serlo y dispuesto a seguir luchando.

No me gustan las primarias, los jóvenes ambiciosos, los insaculados de cuota, los que dirigen a marionetas desde lugares ignotos, los que acumularon poder y lo dejaron y no están dispuestos a compartir lo que aprendieron sino a que se les venere. Me duele, tengo 57 años, ver como zozobra y amenaza con hundirse la nave que un día forjaron los obreros de este país y que Pablo Iglesias nos legó. Todos se acomodan y hoy entienden que la ideología y el compromiso se gestionan como una Fábrica de Lavadoras, y dirigen mi "PARTIDO" como tal, ERES por aquí, Chiringuitos de Ocurrencias por allá y lo más duro, pasar de haber tomado decisiones sobre sectores económicos y de la noche a la mañana sentarse en sus Consejos de Administración. No, no y no, creo en los honestos, en los que se comprometen, en los dudamos y seguimos dudando, pero estamos dispuestos a seguir siendo grumetes o fogoneros. 

Creo en mi partido, en algunos dirigentes, en la clase trabajadora, y en los que como yo siempre atepusimos nuestros intereses colectivos a los privados. Me duele mi tierra, mi ciudad y sé que podemos, yo creo en aquel que perdió y resistió, se comprometió y aspira a ser cada día un mejor socialista.

Vuelvo hoy después de muchos meses de haber cerrado esta humilde tribuna porque dos personas a las que aprecio me han devuelto la ilusión: Guillermo Fernández Vara y José María Vergeles. Contad conmigo para lo que sea, con personas como vosotros se puede.

2 comentarios:

Malo Malísimo dijo...

¿Qué vonito sería volver al Socialismo de verdad?
¿Qué bonito sería cambiar la la gastronomía por la ideología?
Bueno querido amigo, sabes que disentimos en algunos aspectos pero sabes que cuentas conmigo.

Anónimo dijo...

Eres más antiguo que el hilo negro.