jueves, 1 de marzo de 2007

Pedro Casaldáliga, un hombre honesto

Pere Casaldáliga o como estar con los pobres.

Pere Casaldàliga, obispo emérito de Sao Félix do Araguaya (Brasil) hasta hace tres años, continúa hoy trabajando desde la base en su comunidad campesina de Brasil y acumula homenajes y reconocimientos.

Pere Casaldàliga es uno de los ideólogos de la teología de la liberación. A su entender, la iglesia tiene que estar incondicionalmente al lado de los oprimidos e implicarse en su lucha contra la injusticia. Casaldàliga ha apoyado sobre todo a indígenas y campesinos sin tierra, con los que ha colaborado en la transformación socioeconómica del Mato Grosso brasileño. En 2006 se convirtió en el primer catalán galardonado con el Premio Internacional de Cataluña. Un galardon que reconoce aquellas personas que han contribuido decisivamente con su trabajo creador a desarrollar los valores culturales, científicos o espirituales y humanos.

A Casaldàliga se lo otorgaron "por su meritoria labor entre los más desvalidos, en especial los indígenas y campesinos sin tierra, con los que ha colaborado en la transformación socioeconómica del Mato Grosso brasileño". Obispo de los pobresPere Casaldàliga fue ordenado en 1971 obispo de Sao Félix do Araguaya, aunque sus relaciones con la máxima autoridad eclesiástica pasaron por momentos de tensión a partir de la llegada de Juan Pablo II, a causa del compromiso social y la actitud de denuncia social que han guiado el trabajo del catalán.

En 2003 la Santa Sede decidió jubilar al obispo de los pobres, así como apartarlo de su diócesis, pero Casaldàliga se negó a abandonar su casa y su comunidad después de 34 años viviendo allí.

Hoy sigue viviendo en Sao Félix al lado del río Aruguaya aunque retirado de sus tareas pastorales.

“Los pueblos indígenas han crecido en número y en conciencia. Saben reivindicar y muchos han reconquistado sus tierras después de mucha lucha”afirmaba en cierta ocasión Casaldàliga, que desde la llamada iglesia de los pobres ha contribuido a aumentar la autoestima y el diálogo con tribus indígenas como la Tapirapé o la Kuruaya, "que estaban destinadas a extinguirse", según la fundación Araguaia. Pere Casaldàliga contribuyó a la creación de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) y el Consejo Indigenista Misionero (CIM), dos organismos dedicados, respectivamente, a la defensa de los derechos de los campesinos y de los indígenas.

En los últimos años, gracias a la creación del CIM los indígenas además de seguir en sus tierras se organizan para superar los desafíos que se les presentan. Los pueblos indígenas han logrado grandes avances en el campo de la educación y la mayoría de las comunidades tienen una escuela", explica el CIM. En este contexto, Pere Casaldàliga ha defendido siempre a los pequeños campesinos y ha ofrecido apoyo a la ocupación de tierras y a la resistencia frente a las multinacionales y las empresas agrícolas que practican métodos abusivos. Pobres, por y para ellos.

Casaldàliga se detiene también en cuestiones como la teología de la liberación, que defiende a los menos favorecidos como niños y mujeres, y su solidaridad con las revoluciones de los más pobres en América Latina. De hecho, Casaldàliga siempre ha dado su apoyo a los levantamientos que han sucedido en países vecinos como Nicaragua y El Salvador, defendiendo siempre que Brasil forma parte un conjunto de países de características similares en lo que a desarrollo se refiere.

Merece la pena conocer a este personaje, uno que no es nada meapilas, tiene muy claro que cuando se tiene compromiso y se ejerce hay que descubrise ante la humanidad de este catlán comprometido.

Podéis visitar su web, merece la pena.

http://www.servicioskoinonia.org/pedro/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pedro Casaldáliga, un personaje grotesco.

Pedro Calsaldáliga, Premio Internacional Cataluña 2006, es un jesuita ultraprogresista completamente siniestro. El obispo de São Félix do Araguaia, por algo apodado "El Che", es uno de los líderes de ese cáncer de la Iglesia llamado Teología de la Liberación, cuyos defensores tienen una empanada mental difícil de igualar. Dice el grotesco Casaldáliga: "El neoliberalismo es la muerte". Debe ser que los cien millones de asesinados por el comunismo, "su" comunismo, son la vida.

El iluminado por Marx, que no por Cristo, dice que "el neoliberalismo profundiza el empobrecimiento de los pueblos de nuestra América, al idolatrar al dios del mercado". Y pide a la sociedad "que tenga vergüenza y venza el hambre de las mayorías". Vaya vaya... O sea que, el neoliberalismo empobrece, pero no nos cuenta cómo "enriquecen" las alternativas socialistas al "neoliberalismo"; el neoliberalismo idrolata al dios del mercado, pero tio todavía estamos por ver los murales, pancartas y fotografías de ese "dios" en los países libres, mientras que estamos hartos de ver los retratos de su -estos sí- idolatrados Che, Fidel, Marx, Engels, Lenin o Stalin.

Lo de "vencer" el "hambre" (?) de las mayorías merece un comentario aparte. ¿Nos pide el excelso obisparra, seguramente proetarra, que nos dirigan los intereses de las minorías. ¡Vaya socialismo!

Añade el empanado Casaldáliga: "No podemos olvidar que el neoliberalismo continúa siendo el capitalismo. A veces se olvida esto". No nos habíamos dado cuenta, fíjese usted. Ahora bien, entendemos que para los que siguen leyendo a Marx, como el Ilmo. y Rvdmo. Mons. Dn. Pedro Casaldáliga, tengan que recordarnos que su odio sigue siendo puramente anticapitalista.

Pobre San Ignacio... Qué sabrá este individuo del ideal del trabajo por el bien de las almas del que hablaba el fundador de la Compañía de Jesús.